15 Jan Estrés y creatividad. ¿Un buen tándem?
La asociación del estrés con la creatividad nos parece imposible. Más que imposible, negativa o inversa. Y no siempre es así. Vayamos por partes y desmontemos el mito.
OBSERVACIÓN COTIDIANA DEL ESTRÉS
A menudo habremos oído frases del tipo:
- “el estrés es un mal aliado de la innovación”
- “nos hace falta más creatividad y menos estrés”
- el estrés limita nuestra creatividad y daña nuestra salud
- “el estrés emocional impide liberar tu creatividad”
- Consejos para reducir el estrés e incrementar nuestra creatividad
Sin embargo, todos somos conscientes que hemos resuelto problemas o situaciones de forma efectiva y creativa “bajo presión”. Entonces, ¿cuál de las dos posiciones es la correcta? ¿El estrés es considerado “negativo” pero en ocasiones nos ayuda a hallar soluciones válidas?
Ante esta paradoja sólo podemos cuestionarnos sobre “lo negativo” del estrés.
DESMONTANDO LA NEGATIVIDAD DEL ESTRÉS
Actualmente tendemos a simplificar el concepto de “estrés” centrando nuestra atención más en lo problemático que en la potencialidad. El concepto que formaba parte del vocabulario de expertos se ha extendido y tiñe nuestras conversaciones más cotidianas asociándolo a negatividad, enfermedad, malestar o sufrimiento. En definitiva, hemos asociado comúnmente el estrés a un desorden o alteración que debemos combatir.
Aunque etimológicamente el vocablo significa “provocar presión”, la historia del concepto pasa por distintas áreas del saber y por múltiples marcos teóricos como
- la física aplicada a los materiales,
- la fisiología como la respuesta global del organismo ante la presencia de un estímulo estresor exterior,
- las ciencias psicológicas y del comportamiento donde, de forma muy simplificada, se habla de respuesta psicofisiológica y conductual manifestada por el individuo ante la presencia de una situación ambiental percibida como amenazante.
- Incluso la medicina, a través de la Organización Mundial de la Salud ha aportado su definición considerándolo el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción.
De esta incompleta (muy incompleta) lista de definiciones se desprende que el concepto es complejo de definir. Sin pretender profundizar en definiciones ni marcos teóricos, lo que me gustaría destacar es que parte de estas exposiciones no declaran únicamente la parte negativa del estrés sino que también incluyen la preparación del organismo a la acción, a la actividad y a la realización. Y esto puede ser muy positivo en contextos creativos en los que han de emerger ideas novedosas.
Desde este posicionamiento más amplio nace la idea de “estrés positivo” versus “estrés negativo”, o lo que es equivalente, eustress vs distress.
El poco conocido eustress o estrés positivo, responde a la necesidad de explicar esas situaciones en las que se requiere de una implicación, atención y activación superiores y que son consideradas como un reto o un desafío positivo aunque conlleven presión del entorno, complejidad y/o conflictos. Vemos aquí todos los actores necesarios para hacer frente a una solución, pensamiento, teoría, lienzo, partitura o puesta en escena creativa.
En este sentido, en escenarios de estrés positivo la percepción de energía, vitalidad y activación nos ayuda a hacer frente a los asuntos con mayor creatividad debido a que
- nuestra atención se focaliza en resolver el problema y todos nuestros recursos se orientan a encontrar soluciones directas,
- incrementa nuestra concentración y coordinación,
- nuestro estado de alerta nos ayuda a responder de forma más rápida y ágil favoreciendo la pronta resolución,
- si percibimos que disponemos de recursos suficientes para afrontar el reto, el estrés nos beneficia con transmisión de confianza, percepción de control y motivación,
- incrementa nuestra percepción de autoeficacia y experimentamos intensas emociones agradables y positivas,
- el estado de activación positivo favorece la percepción de motivación hacia la resolución,
- la sensación de energía y vitalidad (que corresponde a los efectos fisiológicos de preparación para la acción) nos predispone a encontrar soluciones mejores y más creativas.
El estrés se convierte en negativo cuando el nivel de activación se intensifica de forma desmesurada al estímulo, ya sea porque la percepción que el reto supera los recursos personales disponibles y se percibe subjetivamente como una amenaza a la estabilidad de la persona, ya sea porque el nivel de activación prolongado excesivamente en el tiempo implica cambios fisiológicos, emocionales y de conducta perjudiciales.
CAMBIO, CREATIVIDAD Y ESTRÉS: COMO LA VIDA MISMA
Llegados a este punto, me parece interesante destacar que el estrés forma parte de nuestras vidas ineludiblemente y que en ciertas circunstancias puede favorecer los procesos creativos.
Que estamos sometidos a constantes situaciones en las que determinados elementos tienen efectos diversos sobre nosotros, es una realidad. Ya sean estímulos estresores, retos, fuerzas en sentido físico o nos refiramos a apreciaciones externas o internas. Y que éstos tienen consecuencias de orden físico, fisiológico, psicológico o conductual, pudiendo ser considerados positivos o nocivos para el organismo.
Que presentamos una predisposición natural a la adaptación al medio frente a las situaciones que precisan de un estado de activación psicofisiológico, tampoco podemos negarlo.
Sea cual sea el conjunto de circunstancias y consecuencias, sea cual sea el mecanismo del estrés que explica el fenómeno adaptativo, lo que es inevitable apreciar que
en los procesos de adaptación se provocan cambios y detrás del cambio encontramos la creatividad en potencia
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